martes, 5 de junio de 2007

El escondite de mi papá

Hay escondites buenos y malos, y otros que son geniales como en el que se encuentra escondido mi papá, aquejado de alzheimer desde hace unos años y que ya ni habla ni ríe ni anda, sólo sabe temblar. A veces le miro a los ojos y me parece que no hay luz dentro de él, tan sólo oscuridad. Pero el neurólogo me ha dicho que no ceje en mi empeño, pues sigue ahí, escondido en un sitio llamado neocórtex, donde estoy yo y también sigue estando mamá. Los domingos le visto de corbata, para distinguir y, cuando se mira al espejo, se ve diferente de guapo y, entonces, le mira enseguida mamá. Y, nada más verle, descubre al momento esa zona chiquita del cerebro donde se esconde y que él nunca quiere mostrar. Mamá siempre sabe dar con ella, no como yo, ella lo consigue sin más. Aunque mi intuición me chiva que esto tan sólo sucede porque se lo pone fácil papá. “No hay nada raro en ello, me dice mamá, pues si quieres verle, tan sólo tienes que recordar, y para ello quítale tiemblos y miedos, dale una expresión de cariño a su cara y enseguida verás a papá.”

2 comentarios:

Anónimo dijo...

Hola Jon, hoy al llegar algo cansada de la oficina me he encontrado con una nota del fontanero bajo la puerta diciéndome que le llamase que había una fuga de agua... lo llamé y vino al momento: ahora me están picando los azulejos de la cocina para arreglar una chapuza de otros... así que como puedes suponer es para mi una delicia entrar en tu blog y poder leerte. Es algo especial como vivo tus escritos desde el primer día, si me expresase con tanta precisión los suscribiría ya. Gracias por compartirlos con nosotros. Besotes de Vic.

Unknown dijo...

Jon, Amigo...

Por fin he conseguido entrar en tu blog. Me voy a poner las botas leyendo todo lo que has escrito.

Sigue así, que nos alegras el alma y nos abres los ojos y el corazón.

Tu Amiga Por Siempre:

Rosazul (Carmen-Badajoz)

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