lunes, 25 de junio de 2007

¿Un amigo más?

Su colonia preferida, su manera de vestir, si le gusta leer o no, sus expresiones o gestos consuetudinarios, si es distraído, sus días que reflejan en su rostro estrés o tranquilidad. Estos y muchos detalles más, son las pequeñas cosas que con sutilidad podemos observar en ésa persona desconocida con la que coincidimos asiduamente en el medio de transporte que nos lleva a trabajar o a estudiar y con la que nunca, bien por su parte o por la nuestra, decidimos conversar. Es una relación extraña, de tan sólo un hola y adiós, y que no sabemos muy bien como la debemos considerar, pues ni forma parte de nuestros conocidos ni es del todo un extraño en realidad. Su timbre de voz, su bajada de parada, su manera de caminar... hacen que sin querer, él o ella, forme parte de ese puzzle de gente con la que llenas un día normal, y que de alguna forma llegas a apreciar, pues el día que no le ves hace que te preguntes: ¿y hoy por qué no estará?

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