jueves, 31 de enero de 2008

No hubo mala praxis

Aunque me considero un agnóstico confeso, tengo que reconocer que la Iglesia en algo tiene toda la razón: el infierno existe. El infierno es vivir con una grave enfermedad que te mantiene en una cama día tras día sometido a terribles síntomas que hacen que te retuerzas del dolor hasta que no puedes más y por fin falleces. Eso es el infierno. Y los facultativos de Urgencias del hospital Severo Ochoa de Madrid lo saben, ya que atienden diariamente a pacientes terminales que se encuentran precisamente en esta situación. No sabría decir si estos sanitarios sedaron más de la cuenta o no a sus pacientes para mitigar sus últimos momentos de agonía. Aunque, sinceramente, por humanidad, espero que sí. Pero lo que si sé decir, es que todo el juicio que se les ha realizado ha sido una pantomima, una irresponsabilidad más de la Justicia que nunca se atreve a hacer frente al sempiterno tema de la eutanasia. El derecho a una vida digna ha de tener el mismo valor que el derecho a una muerte digna. Pero, claro, si eres médico cualquiera defiende esto ante un juez, y más cuando te juegas tu carrera y años de cárcel. No podemos actuar siempre tan hipócritamente, y algún día tendremos que aceptar la realidad, la que nos dice que muchos necesitan morir para dejar de sufrir.
pag. (7)

2 comentarios:

Unknown dijo...

Totalmente de acuerdo.
"algún día tendremos que aceptar la realidad, la que nos dice que muchos necesitan morir para dejar de sufrir."

Besos.

la bruja nocturna

jdiana dijo...

Llevais razón en el caso que nos ocupa, pero yo creo que el problema está en los raseros. Me explico, por ejemplo en el caso de enfermos terminales esta muy claro y es muy humano aliviarles su paso, pero la controversia viene cuando el que sufre lo hace pero no tiene una sentencia de muerte inminente, aunque él considere que está muerto en vida... en fin es un tema muy complicado.

Un abrazo

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