martes, 8 de abril de 2008

El caso Farruquito

Una vez más, la Justicia se ha mostrado tendenciosa e inicua en un proceso en el que el acusado, por ser famoso, ha salido ganando. No imagino por lo que debe de estar pasando en estos momentos la viuda de Benjamín Olalla, el hombre que murió atropellado en el año 2.003 por el famoso bailaor Juan Manuel Fernández, Farruquito, al haber escuchado la noticia de que a este señor le han concedido el tercer grado penitenciario tras pasarse únicamente 14 meses en la cárcel, lo que significa que ya sólo tendrá que acudir a prisión para dormir de lunes a viernes.
Este asunto siempre provocó disparidad de opiniones. Más a favor que en contra, “Farruquito cometió una imprudencia que le puede pasar a cualquiera”, dijeron muchos que le defendían. Pero lo cierto es que hubo demasiada culpabilidad y alevosía injusficable: conducción temeraria, atropello con muerte, omisión de socorro, intento de incriminación hacia su hermano y, lo último, engaño de capital: según el Juez de la Audiencia de Sevilla, Farruquito “declaró una cantidad en el juicio que no se correspondía con sus ingresos”, lógicamente con la intención de reducir la multa económica que acompañaba a la pena de cárcel. Y todo esto lo hizo con cara de no haber roto nunca un plato. Sinceramente, este señor no me da ninguna pena y creo que debería permanecer toda su condena en la cárcel (tres años). Solamente la familia de Benjamín Olalla es digna de mi más sincera comprensión.
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http://www.readmetro.com/show/es/Nacional/20080407/1/6/

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