Algunos pensábamos ingenuamente que el nuevo Ministerio de Igualdad había sido creado con la intención de ayudar a las personas más vulnerables a integrarse en la sociedad. Minusválidos, inmigrantes, obesos…, miran de soslayo hacia este Ministerio esperando impacientes a que de él salgan iniciativas con las que poder eliminar el rechazo social y laboral que sufren a diario. Sin embargo, su titular, Bibiana Aído, no parece tener nada claro que entre sus obligaciones se encuentre también la de tener que hacer algo por ellos. La señora Aído tan sólo se ve como paladín de las mujeres que están siendo víctimas de malos tratos, el resto de injusticias y desigualdades que soportan otros da la impresión de que no le interesan demasiado. Por no hablar de la batalla a ultranza que mantiene con todo lo que le recuerda al género masculino (¿’miembra’ por miembro?) que resulta ser bastante ofensiva. Alguien debería explicarle a la ministra que su labor no consiste en enfrentar y dividir a hombres y mujeres, sino en hacer todo lo posible por evitar que se produzca cualquier desigualdad en nuestro país, sea del carácter sea, sexista o de otra naturaleza.
(pag.10)http://www.adn.es/pdf/ADN-2008-06-18-BIL.pdf
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