viernes, 11 de julio de 2008

De oca a oca

Y tiro porque me toca. Y lo que me toca ahora es cambiar otra vez de compañía de telefonía fija. Primero estuve con Euskaltel, luego con Telefónica, más tarde Euskaltel volvió a ganarse mi corazón y regresé con ellos, y ahora, de nuevo, me voy con Telefónica. Hasta vete a saber cuándo. Y estos cambios no los hago por capricho, sino porque no quiero que me tomen el pelo. Me explico: Cada equis meses llama a mi puerta algún representante de una de estas dos compañías ofreciéndome tal o cual cosa para que me vaya con ellos. Yo, lógicamente, me dejo querer y le digo que sí, que acepto, pero le comento que antes me gustaría hablar con la compañía con la que estoy. Les llamo y le digo al responsable que me atiende que la oferta que me hicieron en su día para utilizar sus servicios de telefonía e internet se ha quedado bastante obsoleta, y le pregunto si existe alguna posibilidad de mejorarla sin tener que pagar más dinero. “¡No!”, me contesta con rotundidad (a los nuevos clientes sí). Así que rompo con ellos y seis meses más tarde les tengo llamando a mi puerta ofreciéndome -si vuelvo- unas condiciones mucho mejores que las que yo les había pedido. Ahora, por favor, si hay alguien que entiende por qué sucede esto que me lo explique.
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