domingo, 18 de enero de 2009

Que alguien lo pare

Cada día que pasa de bombardeos en Gaza, el pueblo judío se resta a sí mismo un poco más de credibilidad ante la historia. Atrás en el tiempo quedó el terrible genocidio que los Nazis cometieron en guetos de Varsovia. Ahora los judíos –apoyados por Bush- enseñan su lado más oscuro y demuestran que ellos también pueden ser tan perversos como el que más. Los números hablan: 1.017 muertos en Gaza, cientos de ellos mujeres y niños; cerca de 5.000 heridos, 500 de ellos en estado crítico y sumando. Los seguidores de La Estrella de David han perdido el norte en Israel. Su guía, el primer ministro Olmert, que bien podría llamarse Hitler, les ha llevado por un camino equivocado. El mundo entero mira ahora hacia quien va a ser el futuro presidente de Estados Unidos, Barack Obama. Él lo parará, pensamos, irreflexivos, insensatos, otorgándole una omnipotencia que no debería tener, al tiempo que nos eximimos –como hacemos siempre- de nuestras responsabilidades. El problema de los palestinos no es que tengan a Hamás, sino que no tienen ni petróleo ni gas, porque de tenerlo, este asunto ya estaría despachado hace tiempo.

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