jueves, 5 de febrero de 2009

Cuidado con los deseos

Cuando toca votar y se echa la papeleta en la urna correspondiente lo primero que piensas es: «venga, te doy mi voto y ahora ¡a sangre con todos los demás!» Pero, claro, esto se piensa en un sentido muy figurado, ya que al fin y al cabo sólo se está decidiendo por el bienestar de España y el de sus parroquianos. Pero esta mañana mientras leía el periódico me he hiperventilado ante una noticia que decía que en los sótanos del Congreso de los Diputados se han encontrado restos humanos. Enseguida he pensado « ¡Hostias, estos del PSOE lo han hecho!». (Ya que yo les voté a ellos). Aunque tampoco echaba a faltar así a bote pronto a nadie del PP. Y mientras apuraba una tila que tuve que ponerme, leí a pie de artículo que los restos humanos encontrados provenían de un antiguo convento de monjes que había en el siglo XIX justo donde ahora se encuentra el Congreso. «¡Uf! - resoplé aliviado-, gracias a Dios Zapatero de momento sólo se conforma con cargarse la economía de España; de ponerse un poco más nocivo, no me dejará otra opción que la de sustituirle en el acto.»
(pag.8)

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