miércoles, 25 de febrero de 2009

Ser malo tiene su precio

No se puede decir que hay de todo, como en botica, en un centro de corrección de menores, ya a ellos tan sólo acude la crème de la crème -amarga- de los adolescentes que hay en nuestra sociedad. En YouTube proliferan como setas en otoño los videos que se graban en colegios e institutos, donde se pueden ver todo tipo de vejaciones que se hacen entre alumnos o a los profesores. Muchos de los chicos responsables de estos videos ven lo lícito como algo que no va con ellos, así que además roban o matan o intimidan a sus padres según lo que más acompañe con su personalidad. Después, lógicamente, acaban en un correccional. El Defensor del Pueblo, que sólo atiende a los escándalos que salen por televisión, ha denunciado que existen malos tratos en los centros de internamiento. Quizá tenga razón o quizá no, pero lo cierto es que yo jamás vi a un solo convicto hablar positivamente de su centro de reclusión, por lo que la duda me obnubila y por ello no comparto las quejas que han hecho los jóvenes que residen en estos centros.
(pag.7)

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