Son muchos los funcionarios que se pluriemplean y se llevan a casa un segundo sueldo más por ambición que por necesidad. En el Congreso de los Diputados el 65% de los políticos afirman que trabajan también en empresas privadas. En otros gremios, como el de la medicina o el de la policía -se podría escribir una lista interminable- ocurre exactamente lo mismo: infinidad de médicos compaginan sus trabajos fijos que tienen en hospitales o ambulatorios con otros que realizan en clínicas privadas. Y es frecuente ver, también, a agentes de policía ocupando trabajos de seguridad en sus ratos libres. En estos tiempos de crisis todo hace mella: el gasto desproporcionado y, por supuesto, el pluriempleo ambicioso de muchos. Un asunto que se debería de regular inmediatamente.
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