El Gobierno se va a gastar 200 millones de euros en equipar con portátiles las aulas de nuestros escolares de la ESO. Una medida encomiable pero discutible al 100%, ya que esa importante cantidad de dinero se debería emplear en otras necesidades que son más imperiosas. Como, por ejemplo, en aumentar el personal docente tanto de Primaria como de Secundaria –que siempre está justo-, en garantizar la seguridad de las aulas –que todos los años tenemos decenas de denuncias por los altercados que hay en ellas- o en buscar fórmulas para que no se produzca tanto abandono escolar –según el informe ‘Magisterio 2008’ el 31,2% de los jóvenes no terminan la ESO-. Informatizar las aulas de unos alumnos que ya tienen ordenadores en casa y que los utilizan casi exclusivamente para descargarse cosas por internet o para jugar con videojuegos, es a mi juicio una medida desacertada.
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