La guerra de Irak comenzó con una mentira que llevó hacia un genocidio. La búsqueda de armas de destrucción masiva -que nunca existieron- desmembró y llevó a la ruina a un país que tenía sus fallas, como un mueble viejo, pero que vivía feliz a su manera. En los más de 400 mil documentos secretos que se han publicado en la página web Wikileaks se desvelan decenas de casos de torturas, violaciones y asesinatos que fueron ocultados por el ejercito de los Estados Unidos, y sé da la cifra de víctimas civiles que cayeron en combate: 66.081, o sea, el 60% de los fallecidos. Me enerva lo sucedido en Irak y me enerva el hecho de que ningún país europeo haya querido echar en cara a EE UU lo que hizo. En las reuniones que se producen entre distintos Estados siempre se ven manos ansiosas por estrechar la de Obama. También se ve deferencia, lisonjeo y empujones por aparecer junto a él en las fotos. 66.000 muertos y un país roto merecen explicaciones y justos castigos que algún día espero que se den. Inshallah (si Dios quiere).
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