Con la reciente entrada en vigor de La Ley de Jurisdicción
Voluntaria, los notarios ya pueden disolver
matrimonios que sean de mutuo acuerdo y que no tengan hijos menores. Y, dentro de poco,
también podrán celebrar casamientos. Una medida que aplaudo porque esto va a
suponer una descongestión importante en los juzgados. Según el INE, en 2014 se
celebraron en España 168.000 matrimonios y 130.000 divorcios. La gran mayoría
de estos últimos fueron de mutuo acuerdo. Además de casamientos y divorcios, a los
fedatarios se les dará potestad para resolver las herencias a beneficio de
inventario -aquellas en las que las deudas recibidas superan el valor de los
bienes-. En definitiva, lo que se pretende con la nueva ley es liberar a los
juzgados de los casos donde no exista un litigio para que estén menos
sobrecargados. Todo un acierto.
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