martes, 5 de febrero de 2008

‘¡Y a mí qué!’

No acabo de entender qué se nos ha perdido en Estados Unidos para que todos los días los telediarios nos bombardeen con las noticias de las elecciones presidenciales de este país. A veces la verborrea dura hasta diez minutos. Que si Hillary se despunta en votos en el Estado de Florida, que si Obama gana en Carolina del Sur, Estado en el que prepondera la raza negra frente a la caucásica, que si McCain cuenta con el apoyó de Schwarzenegger en Los Ángeles, etc. Y para cuando te das cuenta, empiezan los deportes, detrás sale la chica guapa del tiempo, diciendo como siempre que en el norte va a llover, y luego ¡adiós!, se acaban las noticias sin que te enteres de lo más importante, que es saber lo que está sucediendo en nuestro país. Esta costumbre tan cosmopolita, que arrastramos de unos cinco años hacia acá, no lleva a ninguna parte ni aclara nada, tan sólo es un chascarrillo que únicamente gusta a los amantes de la política. La experiencia nos dice que España ha tenido excelentes relaciones tanto con presidentes demócratas como con republicanos. Y también nos dice que a veces no las ha tenido con ninguno de los dos. O sea que lo mismo da quien gane. Siempre que sea elegido democráticamente, claro, que este punto sí que es de nuestro interés.
(pag.11)

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