No acabo de entender dónde ven la ganancia las empresas
españolas que invierten en países tan corruptos y poco democráticos como es el
caso de Venezuela. Las 110 empresas españolas que tienen actualmente filiales
en este país, viven en un continuo ¡ay! por
miedo a ser expropiadas. En especial: Repsol, BBVA, Telefónica y Mapfre. Como este asunto no es nuevo -llevan años con
lo mismo-, no sé muy bien si echarle la culpa a Nicolás Maduro -personaje déspota
e irreflexivo donde los haya- o bien a todos estos emprendedores españoles que,
a pesar de conocer los riesgos existentes, se dejan llevar por un afán de
expansión y por una ambición desmesurada de querer ganar siempre más y más. Pero,
a pesar de la controversia que me crea este asunto, me obligo a pensar que se
trata de un tema que atañe únicamente a inversionistas privados. No es dinero
público el que está en juego. Y por eso creo que el Gobierno español debería mirarlo
desde la misma perspectiva que lo hago yo. Las fricciones políticas que está
teniendo con el Gobierno de Venezuela por estos embrollos sobran. Los Gobiernos
no están creados para defender intereses de especuladores.
http://www.deia.com/2015/03/09/opinion/cartas-al-director/la-expropiacion-en-venezuela
http://articulospublicadosvaevictis.blogspot.com.es/2015/02/24febrero2015.html
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