lunes, 15 de junio de 2015

Con precipitación y alevosía



El empecinamiento del Rey Felipe VI por hacer cuanto sea necesario para mantener impoluta la imagen de la monarquía le ha hecho cometer su primer resbalón. La revocación del título de duquesa de Palma a su hermana Cristina ha sido un error. Nadie duda que «La justicia es igual para todos». Pero, igualmente, habría que decir que la presunción de inocencia también. Y debemos -estamos obligados a- recordar que el caso de la Infanta Cristina se encuentra todavía en fase de instrucción. En otras circunstancias se hubiera podido decir que el Rey ha actuado de manera ejemplar. Pero en esta ocasión no. Con la retirada del título nobiliario, Felipe VI ha dejado a su hermana a los pies de los caballos, sentenciada y ajusticiada ante la opinión pública. Justo ahora que la Audiencia de Palma va a poner fecha para que dé comienzo el juicio oral. No imagino cómo se las van a apañar los abogados de Dña. Cristina para convencer a un juez de que su cliente es inocente cuando hasta su propio hermano piensa que es culpable.
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