Es bien sabido que existen muchas rencillas entre los
empresarios y los políticos. Algunas permanecen ocultas y, otras, se airean con
virulencia a través de los medios. Cuando los empresarios cargan públicamente
las tintas contra algún político de cierto relieve, suele ser para intentar
provocar su cese. Cuando es el político el primero que mueve ficha, suele ser
para que no le echen. En una entrevista concedida a Europa Press, el ministro
de Industria, José Manuel Soria -sin venir a cuento- se ha quejado de los
sueldos estratosféricos que cobran los directivos del Ibex 35. En su perorata
demagógica ha llegado incluso a comparar su sueldo o el de Rajoy con el de
ellos. No hay color. Pero ¿a qué ha venido esto? ¿Pretende decirnos que la
recién subida de la luz es por este motivo? ¿Que los Bancos cierran el grifo a
sus clientes porque se ven condicionados a pagar estos sueldos?... Yo no suelo
entender lo que no me quieren explicar. No sé muy bien en que jardín privado
del Ibex 35 ha metido sus zapatos el ministro Soria y se los ha manchado de
barro, pero le rogaría que no se los intente limpiar con demagogia barata. Si
tiene algo que decir, hable con claridad. Termine la frase. No ponga el punto
donde usted quiere.
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