viernes, 13 de mayo de 2011

Drama en Lorca

Me duele cuando veo dolor y eso es bueno, supongo. Yo que me creía de vuelta en esto de la empatía y va y me sorprendo a mi mismo poniendo una expresión luctuosa cuando observo por televisión a los damnificados del seísmo ocurrido en Lorca. Lo cierto es que las imágenes son dantescas: un adolescente inerte bajo una manta ignífuga, dos embarazadas que fueron llevadas al tanatorio con igual ‘suerte’, un sexagenario con la casa rota en dos y diciendo «y ahora adónde voy yo con mi edad», etc. Lo ocurrido no es ni de lejos lo peor que podemos soportar, pero sí es de estas cosas que hacen que te des cuenta de lo vulnerables que somos cuando nos acechan los infortunios. Decía Fenelón: «La muerte sólo es triste para los que nunca han pensado en ella». Aunque me da la impresión de que ninguno de los nueve que han fallecido en esta tragedia lo hicieron con anterioridad, algo que hace aumentar el drama de esta desdicha. Y, también, lo ocurrido, lleva a reflexionar sobre las cosas en las que debemos de priorizar, ya que todo lo que nos rodea parece ser quebradizo, inseguro, susceptible de irse en un ¡ay!, incluso la propia vida.



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