Lo malo de vivir en un mundo globalizado es que
se exportan e importan los problemas sociales a través de las fronteras de la
misma manera que si fueran mercancías. Las manifestaciones antiabortistas que
se han producido en París, donde se pedía una ley contra el aborto semejante a
la que se pretende instaurar en España, es buena prueba de ello. El efecto
mariposa (aleteo/terremoto) que se produce por doquier cuando se aprueba cualquier ley impopular,
resulta preocupante. Estamos cambiando la singularidad por el borreguismo colectivo.
Un borreguismo del que se aprovechan muchos grupos radicales y que utilizan
para exteriorizar sus propias filias y fobias. Los ciudadanos debemos empezar a
valorar las reivindicaciones que nos llevan a manifestarnos en la calle.
Discerniendo entre las quejas que nos enervan, cuáles son propias y cuáles son
ajenas. Sobre todo si estas últimas provienen de sectores tendenciosos con
ideales políticos. Reivindicar no significa dar pábulo a indeseables
antisistema. Que a todos nos quede bien claro.
http://www.deia.com/2014/01/26/opinion/cartas-al-director/manifestarse-con-sensatez
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1 comentario:
Tiene sensatez,pero debería expandirse mas,meterse en hojas mas adictivas,le halle de casualidad,y algo así nos debería estar enseñando algo mas cada dia con mayor accesibilidad.gracias
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