Miguel de
Cervantes siempre ha sido, es y será el referente por antonomasia de la lengua
española para los más de 500 millones de hispanohablantes que hay en el mundo. De
estar vivo, ocuparía sin ninguna duda el sillón con la letra A de la Real
Academia Española. De ser cierto el hecho de que los restos óseos hallados en
el suelo de la cripta de la iglesia de las Trinitarias se puedan atribuir a tan
ilustre personaje, nos encontramos ante un hito histórico del que nadie -ni propios ni extraños-, quedaría indiferente.
Como lector acérrimo que soy, tengo que reconocer que me siento emocionado: he leído don Quijote de la
Mancha tres veces -amén de novelas ejemplares y alguna que otra de sus poesías
también-, y tengo el libro con tantos pasajes subrayados, que cualquiera diría que
me voy a examinar de él. Decía su contemporáneo William Shakespeare: «La
carrera de un pródigo se parece a la del sol, con la diferencia de que no
vuelve a salir.» Y cuánta razón tenía: centenares de libros leídos y todavía no
he encontrado un narrador de quimeras como él.
http://articulospublicadosvaevictis.blogspot.com.es/2015/03/abc19032015.html
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1 comentario:
Totalmente de acuerdo contigo, Jon.
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