Estoy lleno de fallos, como todos. Y reconozco que alguna
vez he cometido errores en la carretera. Me he saltado sin querer un Stop, un
semáforo en rojo o no he cedido a la derecha. Imprudencias peligrosas que
podrían haber acabado en serios accidentes. De haberme parado la policía para
hacerme un control de alcohol y drogas con toda seguridad hubiera dado negativo.
Exactamente lo mismo que ha dado el
conductor del autobús que ha volcado en la AP-7, dirección Barcelona, en cuyo
accidente, por desgracia, han fallecido 13 personas. Ahora bien: si entiendo
que mis fallos en carretera fueron debidos por motivos de urgencia, somnolencia o por
despistes no intencionados, igualmente debo entender que los del conductor del
autobús se pudieron producir por esos mismos motivos. En La Razón se ha
publicado que lo primero que dijo el conductor a los servicios de emergencia
fue: « ¡Lo siento, me he dormido!». Un mea culpa en toda regla. Pero antes de
pasar a demonizarle, quizá deberíamos tratar de entender por qué se durmió.
¿Llevaba muchas horas seguidas trabajando? ¿La somnolencia se la causo algún
antigripal que estaba tomando? -según su jefe tenía catarro-. ¿Hipotensión
transitoria? ¿Narcolepsia no diagnosticada? Etc. Lo que intento decir es que se
me hace raro que un conductor de autocares con 17 años de experiencia -sin
antecedentes-, se le quiera acusar de 13 homicidios por imprudencia sin ni tan
siquiera saber si está tomando un jarabe para la tos.
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2 comentarios:
Se dedica más tiempo en buscar culpable, que buscar prevenir nuevas catástrofes. Además la prevención no da réditos políticos pero encontrar culpables si los da
Gracias por tu comentario euro4lang.
Como tú dices, la prevención de nuevos accidentes parece que a los políticos les importa poco. si hay que crucificar a un pobre desgraciado para conseguir rédito electoral -como es el caso-, lo hacen sin miramientos.
Saludos.
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