El Tribunal Constitucional debe actuar de inmediato y
aplicar medidas coercitivas contra la presidenta del Parlamento de Cataluña,
Carme Forcadell, y contra presidente de la Generalitat, Carles Puigdemon, por
sus reiteradas desobediencias en relación a la secesión de Cataluña. La intención de Puigdemon de celebrar un
referéndum de independencia en el mes de septiembre del año que viene sólo
puede interpretarse como un golpe de Estado. Un «23-F catalán» que, si no se
detiene, podría llevarnos hacia una crisis institucional sin precedentes. Si
los independentistas consiguen arrastrarnos ante semejante escenario, de nada
serviría entonces que se utilice como paliativo la inhabilitación de algunos
altos cargos para poner freno al disparate secesionista, sino que habría que
ser más expeditivos y aplicar el artículo 155 de la Constitución. (El Gobierno
tomaría el control de Cataluña para que se haga cumplir la ley). Una medida que
está en la mente de muchos pero en boca de nadie, todavía, por su severidad. Es
por ello que el TC debe frenar cuanto antes este sinsentido. Sin esperar a que
sea tarde.
ABC / English____________
COMPARTELO:
No hay comentarios:
Publicar un comentario