Tíldenme de irresponsable y de todo lo que
ustedes quieran pero no seré yo quien acuda a dar mi voto el día 25 de
diciembre ni cualquier otro día. Y me da la impresión de que esta quedada para
no ir se está haciendo viral entre los ciudadanos. El bochornoso debate de
investidura al que hemos asistido anima a simpatizar con el anarquismo. Pues ha
llegado un momento en que las posturas absurdas que defienden los antisistema
se me hacen más comprensibles que las que defienden los partidos llamados a
presidir España. Por dos veces los ciudadanos hemos dejado claro a través de
las urnas que el futuro gobierno se ha de construir consensuadamente entre las
distintas fuerzas parlamentarias. Esto lo entendería hasta Don Quijote en sus
peores días. Pero, por lo visto, el ilustre caballero andaba menos espeso de
entendederas en sus postrimeros momentos que sus señorías. Empecinados unos en
demostrar su rencor, otros, en articular desde el atril la mejor réplica, y
todos ellos apoyándose entre sí para defender el bloqueo. El 25 de diciembre,
navidades jubilosas, lo único que puede salir de las urnas es la suma de la
abstención, la irritación y el hartazgo. O sea, un resultado carambola que ni
el mejor de los sibilinos sabrá cómo interpretar. Pero si es eso lo que
quieren, lo tendrán.
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2 comentarios:
Visto lo visto dan ganas de pasar de los políticos, La verdad es que harta todo lo que está ocurriendo. Un abrazo
Pues todo el que no va a votar ha de saber que de esa manera es como darle el voto al PP. Si la abstención sube, el PP necesita sólo mantenerse para conseguir más escaños, ya que habrá menos voto diluyendo su electorado. Enhorabuena, estaréis apuntalando los recortes y la corrupción.
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