El PSOE necesita tiempo,
no solo para coser sus heridas, sino para poder encontrar un líder que
sea capaz de motivar e ilusionar de nuevo al partido, y llevarlo de vuelta por la
senda política de centro izquierda por la que han dejado de caminar. Este líder
debería ser una cara nueva. Un
postulante imparcial y de consenso, sin mácula, al que no se le pueda reprochar
responsabilidad alguna de la debacle en la se encuentran. Por desgracia,
ninguno de los posibles líderes que barajan los socialistas en estos momentos
es el ideal para salir de la crisis que atraviesan. Es triste, pero es una
realidad. La Gestora que dirige el PSOE lo está haciendo excelentemente. No se
deja presionar por el sector crítico que pide que se celebre un congreso cuanto
antes para hacerse de nuevo con el poder. Ante esto, no han de ceder. Sobre
todo ahora que el barómetro del CIS vaticina que el PSOE obtendría un descenso
de seis puntos en intención de voto, como consecuencia de lo desestructurados
que están. A pesar de todo soy optimista, a los socialistas solo hay que darle tiempo
para que puedan limar asperezas y encontrar su camino. Tiempo, nada más.
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